miércoles, 15 de abril de 2009

Medios y fines

A lo largo de su historia la humanidad ha evolucionado tanto y de tal forma que prácticamente tiene el control del mundo, y aún así, se sigue investigando e invirtiendo recursos en tener mucho más control sobre lo que nos rodea.
Si pensamos en la vida de cualquier animal salvaje (porque si no es salvaje estaría condicionado por la vida del hombre y la comparación sería absurda) es una vida llena de cosas que hacer: buscar alimento, buscar una pareja en celo para copular, buscar refugio, cuidarse de los depredadores… Realmente una vida llena de actividades y motivaciones para estar entretenido la mayor parte del día.

Los humanos occidentales, sin embargo, tenemos comida en abundancia sin tener que cazar, tenemos una casa con puertas y rejas para no tener que buscar un refugio seguro, y hasta hemos inventado el amor y la pareja para tener la copulación medianamente asegurada.
Esto nos ha llevado a tener una vida bastante aburrida y sin motivaciones, por tenerlas todas satisfechas.
Como solución a esta situación las personas basan su motivación en el futuro: trabajar para tener más dinero en el futuro, estudiar para tener una carrera en el futuro, buscar pareja para casarse y formar una familia en el futuro, y un largo etcétera que, a corto plazo, parece funcionar. El inconveniente es que llega un momento en la vida en el que el futuro va perdiendo importancia (imaginemos una ama de casa, que volcó su vida en cuidar de sus hijos y procurarles un futuro, cuando estos ya han abandonado el hogar), dejándonos sin motivación y por lo tanto haciendo que dejemos de comportarnos (algunos lo llamarían “caer en depresión”) o peor aún, seguir comportándonos sin conocer la motivación, sólo por costumbre o rutina, pudiendo llegar al punto del descontrol y a tener la sensación de no tener “tiempo para vivir” debido al exceso de actividades (comportamiento) y que digamos entonces que estamos estresados.
Actualmente están surgiendo teorías, o más bien formas de vida, que intentan “conectar” de nuevo a la persona con su presente. Que la persona deje de estar mirando constantemente al pasado o al futuro y empiece a centrarse en su presente, que tenga conciencia del entorno que le rodea, de las sensaciones que experimenta, de lo que sucede aquí y ahora…
De hecho, las nuevas terapias psicológicas es a esta cuestión a la que apelan.
El problema, desde mi punto de vista, es que se tome uno de estos dos modos de vida como mejor que el otro. La gente que ha decidido vivir “conectada con su presente” parecen “no mirar bien” a aquellas personas que han decidido tener un exceso de actividades, que parecen estar siempre ocupadas, que se sienten inquietas cuando no están haciendo nada…
Yo no consideraría saludable per se ninguno de los puntos de vista: Ni el centrado en el presente ni el centrado en el futuro. La clave estaría en discernir entre los medios y los fines.
Un medio es lo que hacemos para conseguir algo, y lo que conseguimos es el fin. Centrar tu vida en el futuro es llenarla de medios y dejarla sin fines (pues si son a muy largo plazo rara vez se llega a ellos) y centrarla en el presente es llenarla de fines y vaciarla de medios.
Lo ideal, lo “psicológicamente saludable” es mantener un equilibrio en tu día a día entre medios para fines a largo plazo y fines en sí mismos.
Podemos comer ciertos alimentos porque nos gustan, e ingerirlos como un fin en sí mismo, por el placer que nos produce su sabor. O podemos comer ciertos alimentos porque son más nutritivos, porque tienen hierro, son bajos en sal, en colesterol, etc, de forma que el alimento es un medio para conseguir energía, mantener la salud, etc.
Una buena dieta es la que mantiene el equilibrio entre comer como medio y comer como fin en sí mismo.
Si sólo trabajamos como medio (para conseguir un sueldo, por ejemplo) y no realizamos ningún trabajo por el placer de realizarlo, como un fin en sí mismo, podemos sentirnos insatisfechos. Si vemos a alguien construyendo un barco dentro de una botella podríamos pensar ¿por qué quiere un barco dentro de una botella? Sin darnos cuenta que el hacerlo es un fin en su mismo, no hay un por qué. Lo mismo ocurre con los que van de pesca o de caza, lo que construyen modelos a escala de aviones o edificios, los que gustan de hacer puzzles, etc, son actividades o trabajos que no son un medio para, sino un fin en sí mismos.

Si fuésemos capaces de mantener el equilibrio entre medios y fines en la mayoría de facetas de nuestra vida tendríamos garantizada la satisfacción vital, así como la doble oportunidad de estar “conectados al presente” al tiempo que planificas tu futuro.

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