1 de cada 4 es la nueva campaña de la Junta de Andalucía para reducir el estigma social que se tiene de los enfermos mentales.
Con este lema intentan trasmitir que cualquier persona puede tener una enfermedad, e incluso que cualquiera de nosotros la tendrá en un futuro.
Teniendo en cuenta la psicologización de la sociedad que ya vivimos, inventando nuevas enfermedades en las que jamás se nos habría ocurrido pensar (como el estrés post-vacacional), parece difícil de creer que sea una entidad pública la encargada de esta campaña.
Que 1 de cada 4 personas tenga una enfermedad mental es algo que, por definición, no es cierto, ya que la enfermedad mental no es una enfermedad tal cual, como lo puede ser la gripe. Los criterios de enfermedad mental están sujetos a reglas sociales y a culturas determinadas. De un modo simplista, sería algo así como que un enfermo mental lo es porque los que están a su alrededor dicen que lo es, no porque él lo sea per se (ejemplo de ello es que en la Edad Media era común y se aceptaba como normal tener alucinaciones, y que en otras culturas el Chamán, sea elegido, precisamente, por esa capacidad)
Por ello, no deberíamos hablar tan a la ligera de enfermedad mental, como si esta existiera tal cual, como si, al igual que el virus de la gripe, existiera el virus de la depresión y ésta, hasta pudiera ser contagiosa.
De hecho, en los tratamientos de estas "enfermedades mentales" (que en realidad son comportamientos que perjudican al sujeto o a los que están a su alrededor, y que son vistos negativamente por la sociedad) se apela constantemente a la responsabilidad que tiene la persona en su "curación" (o dicho de otro modo, en el cambio de su propio comportamiento) por lo que, al trasmitir este tipo de mensajes, la Junta de Andalucía sólo consigue "patologizar" más aún a la sociedad y que la resolución de los problemas de conducta, cada vez más comunes(debido precisamente, entre otros factores, a este tipo de campañas) sea una tarea cada vez más difícil.
Está bien que se intente reducir el estigma que se tiene sobre los enfermos mentales, pero la forma que ha tenido la Junta de Andalucía para conseguirlo no es, con gran distancia, la más adecuada para ello. Algo comprensible, por otro lado, si se tiene en cuenta que el sistema público de salud es el mayor responsable en la estigmatización de los "enfermos mentales", ya que, en vez de analizar desde un punto de vista funcional la conducta de los "pacientes" (es decir, buscar por qué hacen lo que hacen aquellos con problemas de conducta) se preocupan más por describir qué hacen, e intentar englobar la compleja conducta de una persona bajo un nombre o etiqueta, como puede ser Depresión, Ansiedad, Esquizofrenia... y demás nombres que poco o nada ayudan en la resolución de los problemas de estas personas, y que deberían ser usados sólo con fines administrativos o, a la espera de una clasificación mejor, como un medio de comunicación entre profesionales.
Si un médico dice que una persona ha dejado de ir a trabajar, de atender a sus hijos y que se pasa todo el día metida en la cama porque tiene depresión, habría que preguntarle ¿Y cómo sabe usted que tiene depresión? A lo que contestará: Pues muy sencillo, no hay más que verla: ha dejado de ir a trabjar, de atender a sus hijos y se pasa todo el día metida en la cama...
La palabra "depresión" no es más que una forma de llamar a determinados comportamientos, pero no una enfermedad en sí misma.
Si el sistema de salud empezara a dejar de tratar como enfermedad al "no ir a trabajar, estar todo el día en la cama, etc" y dejara a los psicólogos hacer su trabajo desde un punto de vista funcional, analizando qué variables mantienen esos comportamientos para modificarlas y así modificar también la conducta (hacer que la persona vuelva a trabajar, que deje de estar todo el día en la cama, que atienda a sus hijos, etc) no habría estigma hacia los enfermos mentales, porque de hecho "no habría enfermos mentales" sino personas con problemas.
El problema del "etiquetaje" de las personas con problemas de conducta a menudo no lleva a su estigmatización negativa, sino a su "estigamatización positiva" ya que, al tener una "enfermedad mental" la persona se libera de ciertas responsabilidades que tendría que asumir si no estuviera "enferma", algo que ejemplifican los grandes humoristas de vaya semanita:
Con este lema intentan trasmitir que cualquier persona puede tener una enfermedad, e incluso que cualquiera de nosotros la tendrá en un futuro.
Teniendo en cuenta la psicologización de la sociedad que ya vivimos, inventando nuevas enfermedades en las que jamás se nos habría ocurrido pensar (como el estrés post-vacacional), parece difícil de creer que sea una entidad pública la encargada de esta campaña.
Que 1 de cada 4 personas tenga una enfermedad mental es algo que, por definición, no es cierto, ya que la enfermedad mental no es una enfermedad tal cual, como lo puede ser la gripe. Los criterios de enfermedad mental están sujetos a reglas sociales y a culturas determinadas. De un modo simplista, sería algo así como que un enfermo mental lo es porque los que están a su alrededor dicen que lo es, no porque él lo sea per se (ejemplo de ello es que en la Edad Media era común y se aceptaba como normal tener alucinaciones, y que en otras culturas el Chamán, sea elegido, precisamente, por esa capacidad)
Por ello, no deberíamos hablar tan a la ligera de enfermedad mental, como si esta existiera tal cual, como si, al igual que el virus de la gripe, existiera el virus de la depresión y ésta, hasta pudiera ser contagiosa.
De hecho, en los tratamientos de estas "enfermedades mentales" (que en realidad son comportamientos que perjudican al sujeto o a los que están a su alrededor, y que son vistos negativamente por la sociedad) se apela constantemente a la responsabilidad que tiene la persona en su "curación" (o dicho de otro modo, en el cambio de su propio comportamiento) por lo que, al trasmitir este tipo de mensajes, la Junta de Andalucía sólo consigue "patologizar" más aún a la sociedad y que la resolución de los problemas de conducta, cada vez más comunes(debido precisamente, entre otros factores, a este tipo de campañas) sea una tarea cada vez más difícil.
Está bien que se intente reducir el estigma que se tiene sobre los enfermos mentales, pero la forma que ha tenido la Junta de Andalucía para conseguirlo no es, con gran distancia, la más adecuada para ello. Algo comprensible, por otro lado, si se tiene en cuenta que el sistema público de salud es el mayor responsable en la estigmatización de los "enfermos mentales", ya que, en vez de analizar desde un punto de vista funcional la conducta de los "pacientes" (es decir, buscar por qué hacen lo que hacen aquellos con problemas de conducta) se preocupan más por describir qué hacen, e intentar englobar la compleja conducta de una persona bajo un nombre o etiqueta, como puede ser Depresión, Ansiedad, Esquizofrenia... y demás nombres que poco o nada ayudan en la resolución de los problemas de estas personas, y que deberían ser usados sólo con fines administrativos o, a la espera de una clasificación mejor, como un medio de comunicación entre profesionales.
Si un médico dice que una persona ha dejado de ir a trabajar, de atender a sus hijos y que se pasa todo el día metida en la cama porque tiene depresión, habría que preguntarle ¿Y cómo sabe usted que tiene depresión? A lo que contestará: Pues muy sencillo, no hay más que verla: ha dejado de ir a trabjar, de atender a sus hijos y se pasa todo el día metida en la cama...
La palabra "depresión" no es más que una forma de llamar a determinados comportamientos, pero no una enfermedad en sí misma.
Si el sistema de salud empezara a dejar de tratar como enfermedad al "no ir a trabajar, estar todo el día en la cama, etc" y dejara a los psicólogos hacer su trabajo desde un punto de vista funcional, analizando qué variables mantienen esos comportamientos para modificarlas y así modificar también la conducta (hacer que la persona vuelva a trabajar, que deje de estar todo el día en la cama, que atienda a sus hijos, etc) no habría estigma hacia los enfermos mentales, porque de hecho "no habría enfermos mentales" sino personas con problemas.
El problema del "etiquetaje" de las personas con problemas de conducta a menudo no lleva a su estigmatización negativa, sino a su "estigamatización positiva" ya que, al tener una "enfermedad mental" la persona se libera de ciertas responsabilidades que tendría que asumir si no estuviera "enferma", algo que ejemplifican los grandes humoristas de vaya semanita:
Franlo López
1 comentario:
Una crítica inteligente al mensaje institucional, sí señor. Os enlazamos. Saludos synapticos.
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