Esta noche he visto la película “El Milagro de Ann Sullivan”, que está basada en hecho reales y cuenta cómo Sullivan ayudó a una niña ciega y sorda a poder comprender y comunicarse con su entorno.
Ann Sullivan tiene más problemas para convencer a los padres y que la dejen enseñar que para enseñar a la niña, y es que estos, en su afán sobreprotector, obstaculizan en gran medida el aprendizaje. Y no es que ellos no quieran que aprenda la niña, sino que, por ser ella ciega y sorda, consideran que han de permitírselo todo y ser benevolentes y compasivos con ella. Por eso, entre otras cosas, permiten que la niña vaya andando alrededor de la mesa cogiendo comida de sus platos, algo que, indudablemente, Ann no puede permitir. En esa escena acaba echando a toda la familia del comedor y destrozando este para lograr que la niña coma sentada en su mesa y usando una cuchara, en vez de los dedos, como había estado haciendo toda su vida.
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Ann Sullivan tiene más problemas para convencer a los padres y que la dejen enseñar que para enseñar a la niña, y es que estos, en su afán sobreprotector, obstaculizan en gran medida el aprendizaje. Y no es que ellos no quieran que aprenda la niña, sino que, por ser ella ciega y sorda, consideran que han de permitírselo todo y ser benevolentes y compasivos con ella. Por eso, entre otras cosas, permiten que la niña vaya andando alrededor de la mesa cogiendo comida de sus platos, algo que, indudablemente, Ann no puede permitir. En esa escena acaba echando a toda la familia del comedor y destrozando este para lograr que la niña coma sentada en su mesa y usando una cuchara, en vez de los dedos, como había estado haciendo toda su vida.